Le había ocurrido cientos y cientos de veces. El Doctor Sivana estaba desesperado. Años y años de trabajo, de conspirar, de maniobrar en la sombra... planes y más planes que, indefectiblemente, eran abortados por el idiota ese de la capa. Por el Gran Queso Rojo.
Y cuanto más lo pensaba, más claro veía el fallo en todo ese trabajo. Por mucho que lo intentase, siempre, siempre y en el último momento, el maldito chico se desembarazaba de su mordaza... gritaba SHAZAM!, y ahí se terminaba todo. Si al menos hubiera un modo de asegurarse de que el maldito crío no pudiese pronunciar la Palabra, entonces... entonces...
Eh, espera... quizás, después de todo...
...sí que haya un modo...
Historia del Viagra, Capítulo I.
ResponderEliminarSe nota que elabora sus planes concienzudamente,tomandose su tiempo:Le ha salido calostro cuajadito ya,mucho mas solido.
ResponderEliminarAsí que por eso era lo del Queso...
ResponderEliminarVaya... No debería alguien venir a gritar lo de "ZAZ, EN TO'A LA BOCA", no?... Bueno, pues lo grito yo y contentos...
ResponderEliminarMirá al viejito... lo que guardaba.... Quién diría, no?
ResponderEliminarSeguro que al final, Sivana pierde... ¿no ves que Billy ha entrenado con Batman y está ya preparado para hablar con la boca llena?
ResponderEliminarA pesar de esta experiencia, Billy Batson siguió siendo aficionado a las oreos y, más tarde, consiguió que Su Marcianidad se convirtiera en oreoadicto.
ResponderEliminarEspera... ¿Antes de esta experiencia Billy Batson ya era aficionado a las oreos?
¡¡¡MORIIIIIR ASÍ ES MORIIIIIR DE AMOOOOOOR!!! ¡¡¡Y DE AMOR TENGO LA BOCA LLEEEENAAAAAA...!!!
ResponderEliminarOs ha faltado gritar un sonoro... CHOKE!
ResponderEliminarSabe a Yogurt. Y punto.
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