Ah, Wong.
Wong, Wong, Wong, Wong.
Mi fiel Wong.
Lo cierto, mi apreciado Wong, es que tú y yo tenemos ya... una historia, ¿eh? Cuantas aventuras. Cuantos triunfos y, también, a qué no decirlo, cuantos sinsabores. Tú, mi fiel Wong, has sido siempre mi apoyo, mi báculo, el silente e inmutable guardián de mi fortaleza. Un servicial mayordomo, sí, pero también... algo más. A tí y a mí, querido Wong, nos une algo más que un simple contrato, algo más que una vulgar relación laboral. No, definitivamente, en tí tengo más que un mero ayuda de cámara... en tí tengo...
...tengo...
Un amigo.
Cómo desearia demostrarte mi, eh... agradecimiento, por todos estos años de servicio... ojalá hubiese, qué se yo, algun modo de... tú sabes...
"¿... y cómo tiene el amo hoy la almorrana?"
Y además, sabes pillar indirectas... si es que eres una joya, Wong...
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