Una utilísima herramienta de la narrativa secuencial es la onomatopeya.
La especificidad del lenguaje del comic, su inevitable naturaleza visual, tan sólo disimulada por la agilidad narrativa del artista, demanda de toda una panoplia de trucos del oficio que refuerzan tanto la ilusoria noción de movimiento como la necesaria adición del sonido que acompaña a toda acción.
Pero el artista debe escoger con cuidado las onomatopeyas que usa, puesto que cualquier error en este sentido se hace, por visible, doblemente grave.
Verbigracia, el siguiente caso, donde el artista comete el evidente error de colocar un SPLASH...
...cuando la acción demandaba a gritos un rotundo !!!CHOCHOA!!!
La especificidad del lenguaje del comic, su inevitable naturaleza visual, tan sólo disimulada por la agilidad narrativa del artista, demanda de toda una panoplia de trucos del oficio que refuerzan tanto la ilusoria noción de movimiento como la necesaria adición del sonido que acompaña a toda acción.
Pero el artista debe escoger con cuidado las onomatopeyas que usa, puesto que cualquier error en este sentido se hace, por visible, doblemente grave.
Verbigracia, el siguiente caso, donde el artista comete el evidente error de colocar un SPLASH...
...cuando la acción demandaba a gritos un rotundo !!!CHOCHOA!!!
jajajja
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