¡Hola majos! Ya estamos de vuelta después de... co*o, ¿dos meses ya? Pues se me han pasado volando, tú... a ver, cortinilla...
El verano... la última frontera. Éstos son los viajes de la familia marciana. Su misión de dos meses: descubrir nuevos restaurantes, buscar bonitas vistas y evitar a cualquier tipo de adolescente, viajando temerariamente... donde ningún marciano ha llegado jamás.
Fecha estelar, 24072010. Suiza. La familia Marciana, con su habitual sentido de la oportunidad, se desplaza al único lugar del mundo donde, tras ganar un Mundial, todavía pueden chotearse del Equipo Nacional.
¡Oh, no! ¡Nos va a pasar las fotos de las vacaciones, ¡otra vez! Pues no, veréis... ehm... um... pues, qué queréis que os diga: pues sí.
El territorio. Lagos, montañas, la casita de Heidi... Bonico paburrir.
La idiosincrasia suiza. Fuimos a una especie de festival callejero. Cada plato (de madera) y cada vaso (de plástico) llevaba un suplemento de dos francos (euro y medio) que te reembolsaban cuando los retornabas, entrega de ficha-control mediante. Chopotocientas mil personas de fiesta y ni un solo vaso de plástico en el suelo. Fui a un lavabo portátil (chopotocientas personas, ¿recuerdan?) y estaba limpio.
Igualito que aquí, vamos.
Por otra parte, reseñar el excelente sentido del humor suizo, de quitarse el sombrero. Porque lo de ponerle a una calle, un poner, Gerechtigkeitsgasse era una coña, ¿no?
Arte y cultura. Doña Marciana, que es muy así, insistió en visitar los museos de Historia Natural que se le pusieron a tiro. Impresionantes. El de Lucerna, precioso; el de Berna, es-pec-ta-cu-lar y lleno hasta la bandera de niños. El de Arte Moderno, algo soso.
El vigilante del museo, por cierto, al ver que tratábamos de contener los naturales impulsos sonoros de la marcianita, se nos acercó y nos dijo "Pueden hablar ustedes en tono normal, si quieren". "No, no podemos, es que somos españoles" "Ah, bien, er, pues de acuerdo". Jeje.
Pero incluso yo, que tengo la sensibilidad artística de una chancla metida en una bolsa de plástico, fui capaz de encontrar aspectos culturales de interés.
El tiempo. Preguntamos antes de salir a una señora que vive en Zurich, y nos dijo: "¡Uy! ¡Allí están a cuarenta grados!". Pues sería sumando tres días, señora, porque a veintipico de julio llovía un día de cada dos, hacía frío y cuando se levantaba el viento... me venían unos recuerdos de la señora... y de su madre...
Economía. Los suizos importan del resto del mundo, como todo el mundo sabe, billetes de banco. A cambio, exportan relojes de cuco, chocolatinas y Secreto Bancario. ¿Que os explique lo que es el Secreto Bancario? Aaaah, se siente. Es que es secreto.
Uno de los métodos más habituales de importación de dinero, aunque no el único ni el más importante, consiste en clavar (metafóricamente) a los turistas. Jamás ví tantos cafés a tres euros, por diso. Menos mal que la casa es grande y no repara en gastos, pero aún así, del viaje nos sobró la astronómica cifra de dos francos, dos (uno en calderilla).
Las navajas. Las navajas suizas son famosas nelmundontero por su solidez y versatilidad. Pero una navaja con conexión USB, cortapizzas, microondas y un máster en Dirección y Administración de Empresas es, que lo sepáis amigos suizos, llevar las cosas un poquito demasiado lejos.
El asunto del fumeque. Después de ver cómo los fumadores irlandeses (¡los irlandeses!) se pelaban de frío en las calles, expulsados de su ambiente natural (los pubs), pensé que para echarme un pitillito bajo techo en Suiza iba a tener que comprarme un sombrero muy grande. Pues no. En Suiza fuma todo Dios y en casi todas partes. Bares y restaurantes incluídos.
Eso sí: siempre con un cenicero cerca. Jamás ví tanto cenicero cerca. Después del de los banqueros, el de los criadores de vacas, el de los relojeros (de cuco o no) y del de los vendedores de banderas suizas, el de ceniceros tiene que ser el gremio más potente de Suiza. Y hablando de fumar...
Señoritas que fuman, o damas del afecto negociable. Cuando al lado del hotel en Zurich me percaté de que había un Sex Shop con cabinas y con de todo (se veía fácilmente desde fuera, tan sólo subiéndose a un banco y apretando mucho la cara contra el cristal), pensé: ¡qué feliz casualidad!, digo, ¿pero es que nadie piensa en los niños?. Cuando en Lucerna ocurrió lo mismo, y otro tanto en Berna -aunque a algo más de distancia-, ya no pude pensar más que en conspiraciones.
Y es que los garitos erótico-festivos parecen ser en Suiza numerosos y bastante conspicuos. Por si alguien se preguntaba en qué ocupaban las largas, largas noches estos pinches suizos. Lo que me lleva a...
Seguridad ciudadana. Hay seis kilómetros de porches en el casco antiguo de Berna. Ocupados, en su mayor parte, por pequeñas y encantadoras tiendecillas que, aprovechando el hecho de estar situadas en un país civilizado, carecen de los más mínimos mecanismos de protección de la propiedad (privada): ni una reja, ni una cancela, ni una cerradura de seguridad, apenas alguna alarma. Sólo el vidrio.
Con la excepción del sex-shop, claro, que, ese sí, estaba dotado (ejem) de todo lo anterior. Da que pensar sobre el caracter suizo, ¿eh?
Y, por supuesto, tebeos. Sí, tienen tebeos en Suiza. Me colé en una tienda por puro interés antropológico, a cotillear.... y, oh, gran decepción. Estaban todas las novedades USA, en estupendos tomitos, montones de Monster Editions (¡montones!), DC y Marvel, de Panini, perfectamente alineados... y enteramente en alemán. Ni rastyro de tapas duras, bibliotecas marvel, absolutes ni nada que se le pareciese.
Eso sí, un rápido cálculo mental y... oyes, que valían como aquí, poco más o menos. Creo que es el unico artículo de consumo suizo del cual puedo decir eso: saquen ustedes sus propias conclusiones.
Y hubo más cosas... pero eso es todo de momento. ¿A que no ha dolido? Sean bienvenidos a la Nueva Temporada del BDJC.
El verano... la última frontera. Éstos son los viajes de la familia marciana. Su misión de dos meses: descubrir nuevos restaurantes, buscar bonitas vistas y evitar a cualquier tipo de adolescente, viajando temerariamente... donde ningún marciano ha llegado jamás.
Fecha estelar, 24072010. Suiza. La familia Marciana, con su habitual sentido de la oportunidad, se desplaza al único lugar del mundo donde, tras ganar un Mundial, todavía pueden chotearse del Equipo Nacional.
¡Oh, no! ¡Nos va a pasar las fotos de las vacaciones, ¡otra vez! Pues no, veréis... ehm... um... pues, qué queréis que os diga: pues sí.
El territorio. Lagos, montañas, la casita de Heidi... Bonico paburrir.
La idiosincrasia suiza. Fuimos a una especie de festival callejero. Cada plato (de madera) y cada vaso (de plástico) llevaba un suplemento de dos francos (euro y medio) que te reembolsaban cuando los retornabas, entrega de ficha-control mediante. Chopotocientas mil personas de fiesta y ni un solo vaso de plástico en el suelo. Fui a un lavabo portátil (chopotocientas personas, ¿recuerdan?) y estaba limpio.
Igualito que aquí, vamos.
Por otra parte, reseñar el excelente sentido del humor suizo, de quitarse el sombrero. Porque lo de ponerle a una calle, un poner, Gerechtigkeitsgasse era una coña, ¿no?
Arte y cultura. Doña Marciana, que es muy así, insistió en visitar los museos de Historia Natural que se le pusieron a tiro. Impresionantes. El de Lucerna, precioso; el de Berna, es-pec-ta-cu-lar y lleno hasta la bandera de niños. El de Arte Moderno, algo soso.
El vigilante del museo, por cierto, al ver que tratábamos de contener los naturales impulsos sonoros de la marcianita, se nos acercó y nos dijo "Pueden hablar ustedes en tono normal, si quieren". "No, no podemos, es que somos españoles" "Ah, bien, er, pues de acuerdo". Jeje.
Pero incluso yo, que tengo la sensibilidad artística de una chancla metida en una bolsa de plástico, fui capaz de encontrar aspectos culturales de interés.
El tiempo. Preguntamos antes de salir a una señora que vive en Zurich, y nos dijo: "¡Uy! ¡Allí están a cuarenta grados!". Pues sería sumando tres días, señora, porque a veintipico de julio llovía un día de cada dos, hacía frío y cuando se levantaba el viento... me venían unos recuerdos de la señora... y de su madre...
Economía. Los suizos importan del resto del mundo, como todo el mundo sabe, billetes de banco. A cambio, exportan relojes de cuco, chocolatinas y Secreto Bancario. ¿Que os explique lo que es el Secreto Bancario? Aaaah, se siente. Es que es secreto.
Uno de los métodos más habituales de importación de dinero, aunque no el único ni el más importante, consiste en clavar (metafóricamente) a los turistas. Jamás ví tantos cafés a tres euros, por diso. Menos mal que la casa es grande y no repara en gastos, pero aún así, del viaje nos sobró la astronómica cifra de dos francos, dos (uno en calderilla).
Sospecho que también importan sustancias estupefacientes, pero sólo dispongo de pruebas circunstanciales.
Las navajas. Las navajas suizas son famosas nelmundontero por su solidez y versatilidad. Pero una navaja con conexión USB, cortapizzas, microondas y un máster en Dirección y Administración de Empresas es, que lo sepáis amigos suizos, llevar las cosas un poquito demasiado lejos.
El asunto del fumeque. Después de ver cómo los fumadores irlandeses (¡los irlandeses!) se pelaban de frío en las calles, expulsados de su ambiente natural (los pubs), pensé que para echarme un pitillito bajo techo en Suiza iba a tener que comprarme un sombrero muy grande. Pues no. En Suiza fuma todo Dios y en casi todas partes. Bares y restaurantes incluídos.
Eso sí: siempre con un cenicero cerca. Jamás ví tanto cenicero cerca. Después del de los banqueros, el de los criadores de vacas, el de los relojeros (de cuco o no) y del de los vendedores de banderas suizas, el de ceniceros tiene que ser el gremio más potente de Suiza. Y hablando de fumar...
Señoritas que fuman, o damas del afecto negociable. Cuando al lado del hotel en Zurich me percaté de que había un Sex Shop con cabinas y con de todo (se veía fácilmente desde fuera, tan sólo subiéndose a un banco y apretando mucho la cara contra el cristal), pensé: ¡qué feliz casualidad!, digo, ¿pero es que nadie piensa en los niños?. Cuando en Lucerna ocurrió lo mismo, y otro tanto en Berna -aunque a algo más de distancia-, ya no pude pensar más que en conspiraciones.
Y es que los garitos erótico-festivos parecen ser en Suiza numerosos y bastante conspicuos. Por si alguien se preguntaba en qué ocupaban las largas, largas noches estos pinches suizos. Lo que me lleva a...
Seguridad ciudadana. Hay seis kilómetros de porches en el casco antiguo de Berna. Ocupados, en su mayor parte, por pequeñas y encantadoras tiendecillas que, aprovechando el hecho de estar situadas en un país civilizado, carecen de los más mínimos mecanismos de protección de la propiedad (privada): ni una reja, ni una cancela, ni una cerradura de seguridad, apenas alguna alarma. Sólo el vidrio.
Con la excepción del sex-shop, claro, que, ese sí, estaba dotado (ejem) de todo lo anterior. Da que pensar sobre el caracter suizo, ¿eh?
Y, por supuesto, tebeos. Sí, tienen tebeos en Suiza. Me colé en una tienda por puro interés antropológico, a cotillear.... y, oh, gran decepción. Estaban todas las novedades USA, en estupendos tomitos, montones de Monster Editions (¡montones!), DC y Marvel, de Panini, perfectamente alineados... y enteramente en alemán. Ni rastyro de tapas duras, bibliotecas marvel, absolutes ni nada que se le pareciese.
Eso sí, un rápido cálculo mental y... oyes, que valían como aquí, poco más o menos. Creo que es el unico artículo de consumo suizo del cual puedo decir eso: saquen ustedes sus propias conclusiones.
Y hubo más cosas... pero eso es todo de momento. ¿A que no ha dolido? Sean bienvenidos a la Nueva Temporada del BDJC.
<span>Güelcom marciano.</span>
ResponderEliminar<span>Llevo viviendo en Zurich 9 meses, me ha gustado mucho tu post. Sobretodo lo de la señera que dijo en Zurich a 40° ... que cachonda. En Agosto el 70% de los días ha llovido y eso para un canario es algo muy duro XD.</span>
ResponderEliminarEn cuanto a tiendas de comics en Zurich hay 3, una que tienes de todo, otra que está especializada en Americano y la otra en Europeo.
<span>Cuando curraba en Madrid me mandaban a Ginebra un par de veces al año. Recuerdo una vez que había un par de grunchipunkis fumándose unos porrillos en un parque y se les acercó un poli. Tuvieron una breve conversación y el poli se largó. Yo, que de francés entiendo poco más que de cantonés, no me enteré de nada. Pero mi compañero sí, y me dijo que la conversación fue algo del tipo:</span>
ResponderEliminar-Buenas tardes, jóvenes.
-Hola, señor agente.
-¿Qué tal estáis?
-Muy bien, gracias. ¿Y usted?
-Bien, gracias. Hasta luego.
-Adios.
Igualico que aquí, mismamente
ResponderEliminar<span>Bienvenido a su casa, maese marciano. Celebro que sus vacaciones hayan ido bien. Yo estuve en Suiza hará cuatro o cinco veranos, pero sólo pasamos por Zurich y Berna. Todo muy mono y la gente muy educada, espero que la vuelta a las aulas no le resulte demasiado dura en comparación.</span>
ResponderEliminar<span>Bienvenido de vuelta!!! Habrá que ir a Suiza, yo conozco Amsterdam, pero al parecer, salvando los bancos, no parecen muy distintos :D
ResponderEliminar</span>
Ay qué de reír!
ResponderEliminarCuando he visto el cartelito del fumeteo...
ResponderEliminarNo he podido pensar, ¿No es en Suiza donde también dejan fumar cigarrillos de la risa?
Por cierto, la foto del mueseo me ha hecho valorar mejor el arte moderno Suizo. Digno de estudio.
Güercom back, Su Marcianidad.
¡Re-Bienvenido su Marcianidad!
ResponderEliminarMuy bonito reportaje, pero... ¿Se ha dado cuenta de que ha puesto una foto de si mismo sin retocar?
¡Va a descubrir su identidad secreta!
<span>Me pregunto qué te hace suponer que ese sea mi verdadero aspecto...</span>
ResponderEliminarPues la parte francófona (Ginebra, Laussane...) ya te digo yo que es bastante más aburrida...
ResponderEliminar¡Bienvenido a casa!
ResponderEliminar¿La Trink Kultur bien?
Por cierto, la pequeña está enorme. De aquí a unos años te supera...
<span>GAAAAAAAAAAAAAAAAAA :D
ResponderEliminar</span>
Bienvenido capitán, echabamos de menos.
ResponderEliminarBienvenido Sr. Marciano! Se os hechaba de menos!
ResponderEliminarQue inquietante esta ultimamente el arte moderno...
ResponderEliminar<span>¿En qué estás pensando...?</span>
ResponderEliminar<span>En que no entiendo por que alguien no ha gritado ya Prime!</span>
<span>Feliz retorno señor marciano.</span>
Bienvenido SR. Ce, lo mejor de acabar agosto es poder disfrutar de sus dosis de las que ya tenia mono XD, lo peor que cuando las miro estoy currando y mis carcajadas se oyen por todo el despacho.
ResponderEliminarA disfrutar de otro curso laboral con usted XD
Y digame, aceptan dinero marciano en las sucursales de Suiza?
ResponderEliminarRe-bienvenido.
<span>Ya te había leido alguna vez que otra, de forma esporádica.</span>
ResponderEliminar<span>Al final de la tempora anterior, </span><span> me enganche...</span>
<span>Y ahora mismo te he añadido a mis favoritos. Este blog es una mezcla estraña, pero me hace reir, me entretiene y me sorprende. Un seguidor desde Málaga, sigue asi o mejor. Un saludo</span>
Gracias, majo, qué amable. Pasa, pasa al fondo y ya te irán indicando... ;)
ResponderEliminarPor fin de nuevo algo intersante que leer en mis RSS!
ResponderEliminarFeliz nuevo periodo laboral amigo Marciano!
(Maldito seas Kiko, yo me di cuenta antes que tú de esa foto, el comentario debiera haber sido mioooooooooo!)
¿Un WC público limpio? ¡Ahora sabemos a dónde fueron a esconderse los alienos supervivientes del OVNI de Roswell!
ResponderEliminar<span>Ya te había leido alguna vez que otra, de forma esporádica.</span>
ResponderEliminar<span>Al final de la tempora anterior, </span><span> me enganche...</span>
<span>Y ahora mismo te he añadido a mis favoritos. Este blog es una mezcla estraña, pero me hace reir, me entretiene y me sorprende. Un seguidor desde Málaga, sigue asi o mejor. Un saludo</span>
Bienvenido SR. Ce, lo mejor de acabar agosto es poder disfrutar de sus dosis de las que ya tenia mono XD, lo peor que cuando las miro estoy currando y mis carcajadas se oyen por todo el despacho.
ResponderEliminarA disfrutar de otro curso laboral con usted XD