El comic superheroico, como todos sabemos, está basado en la sorpresa contínua, la renovación sistemática de conceptos, el cambio constante. Todo es All-New, All-Different, y nunca jamás nada volverá a ser lo mismo.
Año tras año, volumen tras volumen, los personajes cambian, crecen, evolucionan... y no precisamente de manera suave y gradual, sino más bien a grandes saltos. A base de... de excéntricas discontinuidades, que permiten llevar a los personajes mucho más allá, mucho más lejos de lo que una simple evolución lógica del personaje habría permitido. Por supuesto, eso pone a veces a prueba nuestra capacidad de suspensión de la credibilidad, pero, eh, si no fuéramos capaces de eso no leeríamos lo que leemos, ¿no es cierto?
De manera que, periódicamente, disponemos de Nuevas y Mejoradas versiones de nuestros héroes y villanos favoritos, cosa que es BIEN. Pero, claro, a veces, el proceso es tan radical y tan rompedor que ahí, junto a los nuevos personajes... o quizás, más bien detrás de los nuevos personajes...
...están los antiguos, dando por c*lo.
Y a veces no es una metáfora.
Lex está un poco en plan a ver si le gusta, pero Brainiac está en todo lo suyo.
ResponderEliminarEso, que Lex se resiste aunque sea su antiguo yo... ¨Pero lo que es Brainiac, sabe lo que quiere y lo que quiere es hacerse un selfie...
ResponderEliminarPero con cuidado, que hay metal de por medio...
ResponderEliminarLa cara del Supes pone más dramatismo a la escena.
ResponderEliminarYo creo que el dramatismo lo pone la peineta del Brainiac... pero bueno, para gustos colores
Eliminar¡Oh, Krypton! Si ellos tienen detrás suyo su antigua versión, entonces yo también.
EliminarPues sí, el dramatismo de saber que irremediablemente estás a punto de recibir una rima con cinco.
Sabía que antes o después harías algo grande con este clasicazo de portadón :D
ResponderEliminarClaramente la única forma de mejorar a Lurthor era ponerle hombreras. El comic es de los 80, verdad?
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