Ya me perdonarán; mañana volveré a escribir cosas de esas que hacen gracia, pero hoy no. Hoy me pide el cuerpo que les explique algo que no hace gracia. Insisto, disculpen si eso les incomoda. Vuelvan ustedes mañana y estaremos a lo de siempre.
Como ustedes comprenderán, a fuerza de descontextualizar, a uno se le crea hábito. Y va por el mundo así, descontextualizando por defecto. Esto, que algunos podrían ver como un don, puede, como todos los dones, convertirse en maldición.
Digo esto porque el otro día, ojeando el Jueves, me encontré con esto:
Como ustedes comprenderán, a fuerza de descontextualizar, a uno se le crea hábito. Y va por el mundo así, descontextualizando por defecto. Esto, que algunos podrían ver como un don, puede, como todos los dones, convertirse en maldición.
Digo esto porque el otro día, ojeando el Jueves, me encontré con esto:
Al principio, pensé que era un fotomontaje de esos que salen de tanto en tanto, un poco en la línea del Dinero de Miguel Brieva. Pero no. Es un anuncio de verdad.
Mirenlo. Mírenlo de cerca: tenemos lo que parece ser una adolescente, cuya mirada, cuyo entero rostro, se nos oculta tras la más interesante imagen -desde el punto de vista del banco, claro- de una tarjeta de crédito. Identifícate, dice el encabezamiento. ¿A que parece una orden? ¿Qué tarjeta tienes?, te pregunta. Porque tú ya no eres tú y tu circunstancia. Eres tú y tu tarjeta de crédito. Tu tarjeta te define. Tu tarjeta es el nuevo DNI que te permitirá estar en la legalidad del mercado. Tu tarjeta es tu identidad. Dime el límite de tu tarjeta de crédito y te diré quien eres. Toma pedazo de mensaje super enrollado, colegui.
Y el toque supremo: Melendi. El colega super chachi guai de la muerte, el héroe alternativo, radical y antisistema, como estímulo para el enganche de las nuevas generaciones al crédito. Hay que joderse.
A ustedes no sé, pero a mí me parece pornográfico.
Ya está. Eso era.
Mirenlo. Mírenlo de cerca: tenemos lo que parece ser una adolescente, cuya mirada, cuyo entero rostro, se nos oculta tras la más interesante imagen -desde el punto de vista del banco, claro- de una tarjeta de crédito. Identifícate, dice el encabezamiento. ¿A que parece una orden? ¿Qué tarjeta tienes?, te pregunta. Porque tú ya no eres tú y tu circunstancia. Eres tú y tu tarjeta de crédito. Tu tarjeta te define. Tu tarjeta es el nuevo DNI que te permitirá estar en la legalidad del mercado. Tu tarjeta es tu identidad. Dime el límite de tu tarjeta de crédito y te diré quien eres. Toma pedazo de mensaje super enrollado, colegui.
Y el toque supremo: Melendi. El colega super chachi guai de la muerte, el héroe alternativo, radical y antisistema, como estímulo para el enganche de las nuevas generaciones al crédito. Hay que joderse.
A ustedes no sé, pero a mí me parece pornográfico.
Ya está. Eso era.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Humor comiquero sofisticado e inteligente. Hacemos de la elegancia nuestra bandera. No encontrará usted nada mejor a este lado del rio ese de CHOCHOA.