Estoy hecho un chaval

En nuestra sociedad actual, la juventud está claramente sobrevalorada.

La juventud es esa edad en la que se carece, por motivos evidentes, de verdadera experiencia de la vida. Y esta falta de experiencia es la causa de que, mucho más a menudo de lo que quisiéramos, cometamos errores que, dada la inmadurez propia de la edad, multiplican sus efectos en psiques todavía en proceso de formación, produciendo así terribles heridas sentimentales que nos acompañarán durante toda nuestra vida.

Cuanto mejor es la primera madurez, ese momento en el que se ha atesorado ya un importante cúmulo de experiencias y, sin embargo, las facultades físicas se mantienen todavía a un alto nivel... es el momento en que se disfruta de lo mejor de la juventud y, al tiempo, de lo mejor de la madurez. Es, sin duda, el mejor momento de la vida, aquel en que un ser humano alcanza su plenitud como tal.

Y las mujeres lo notan, por supuesto. Esos pequeños signos que evidencian que se ha vivido... las primeras canas... unas ligeras entradas... esas arruguitas tan graciosas alrededor de los ojos... las vuelven locas, ya lo creo.

Sí, bueno, hoy cumplo cuarenta años. Pero lo llevo bien.

Y alzo mi vaso de leche con ustedes
por quinto año in-a row , claro

Y haced tooooodos los chistes que queráis sobre mi provecta edad, pero os advierto dos cosas.

Una, que en años marcianos tengo veintiuno.

Y dos, que Deadshot y Deathstroke me deben un par de favores.

Cada uno.