sábado, 20 de junio de 2009

SW: Robin, esta es su vida

Ninguna Semana del Sidekick merecería tal nombre si no contase con la presencia ineludible del sidekick por excelencia, el sidekick por antonomasia, del epítome de los sidekicks, de (¿me atrevo? Me atrevo) la madre de todos los sidekicks. Robin, por supuesto.


Hoy es absolutamente inimaginable pensar en Batman y no evocar, a su lado -o debajo- al alegre mozuelo de los pantaloncitos cortos. Qué lejos quedan aquellos tiempos de durísimo entrenamiento bajo los auspicios de su padrino, Bruce Wayne, en los que el joven Robin aprendió las valiosas habilidades que posteriormente aplicaría a la lucha contra el mal.



Unas habilidades que -unidas al impecable olfato detectivesco del joven aprendiz de héroe- permitieron que el Petirrojo profundizase como cuchillo en mantequilla en lo más recóndito del ambiente criminal de Gotham.



Ah, fueron tiempos muy felices aquellos... tiempos en que, con la inestimable ayuda del apacible Alfred, el joven Dick Grayson descubrió cual sería, desde aquel momento y para siempre, su auténtico lugar en el mundo, igual que en su momento lo hizo el joven Bruce Wayne.



Fue Bruce, por ejemplo, quien adiestró al joven Dick en los peligros que acechaban extramuros de la recóndita Mansión Wayne.


Justo es reconocer, empero, que no es que no tuviesen desencuentros. Que los tuvieron.


Robin, el pobre, se lo tomó fatal.



Bruce, resignado, hizo incluso castings, buscando un corazón adolescente alternativo al que colmar. De amor, quiero decir.


Incluso probó a buscar alternativas con los mayores adelantos técnicos de la época. Pero nadie era capaz de llenar el hueco que había dejado el Robin original.


Por su parte, Robin, despechado, buscó el consuelo de otros como el, en lo que se conoció brevemente como el Robingang.



Pero por suerte, la mediación de Superman -y la oportuna buena disposición de un grupete de marineros- obró el milagro, y reconcilió al Dúo Dinámico:


Hoy día, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que Robin se ha aposentado firmemente en el seno de la Batfamilia, convirtiéndose en un baluarte imprescindible e irreemplazable en la eterna lucha por la Justicia y la Verdad.


Más o menos.

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