Ah, las Sirenas. Seres míticos. Por su belleza, en primer lugar. Por su extraño poder sobre el género débil, el masculino por supuesto. Qué difícil es reflejar en el lenguaje del comic, con apenas unos pobres trazos, el temible poder... la fascinación que son capaces de conjurar en el hombre...
Difícil, sí.
No imposible.
Y es por esto precisamente, que sigo embelesado con el blog... Sirenas y palos de madera señores, sirenas y palos.
ResponderEliminarYo siempre he tenido la duda de qué pretendían hacer los marineros con las sirenas... Que vamos, una o dos veces estará bien y de fábula... Pero a la larga que te la c*m*n o las p*j*s (manuales o con otras partes del cuerpo), aburren un poco no?... Además que el roce de las escamas debe ser bastante incómodo.
ResponderEliminar¡Ah, el lenguaje del comic!¡Siempre tan profundo, sutil y lleno de matices!
ResponderEliminarEs un cómic japonés. No hay nada que descontextualizar.
ResponderEliminar(Perdonen un momento; me han dado unas arcadas y...)
Ah, la profundidad del arte japonés, la sutileza en las expresiones, los delicados matices de las miradas... ¡ya hay que ser c*br*n para decir esas cosas delante de la parienta, chaval! Poco futuro le veo yo a este hombre...
ResponderEliminar