miércoles, 5 de octubre de 2005

Con dos cojones

Queridos amiguitos y amiguitas: hoy aprenderemos cómo conducirnos en el clásico caso de persecución automovilística. Extra Bonus: sin desvelar nuestra identidad secreta super heroica a la bella, aunque quizás excesivamente curiosa periodista de turno. Con dos cojones.

Ésta es la situación inicial. En nuestra identidad civil, conducimos tranquilamente nuestro automóvil, acompañados por la bella, aunque quizás excesivamente curiosa, periodista de turno, cuando descubrimos que un sospechoso automóvil nos está siguiendo:

"El vishano me persigue en su carro! ¡Ándele!"

El primer paso consiste en desembarazarnos de la bella, aunque quizás excesivamente curiosa periodista. Esto puede conseguirse mediante el hábil uso del pinzamiento vulcaniano:

"Cuando diga tres, entrarás en un... bah, al cuerno!"

Una vez libres de la bella, aunque quizás excesivamente curiosa periodista, ya tenemos pista libre para desembarazarnos de nuestro perseguidor. Reduciremos paulatinamente la marcha de nuestro automóvil y nos desviaremos hacia la derecha, como si fuésemos a detenernos. El objetivo de esta maniobra es que el coche del perseguidor se sitúe en paralelo al nuestro.

Ya casi estamos: una vez el automóvil perseguidor esté en posición, rápidamente abriremos la puerta y lo mandaremos al sembrao de una patada.

"¡Hala, aaaaaaaaa tomar pol saco!"

Limpio, fácil y rápido. Y con dos cojones, claro.

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