miércoles, 1 de abril de 2009

Tiembla, Benedicto

Era el mejor en su trabajo.

No era un trabajo bonito (o sí), pero alguien tenía que hacerlo.

Pero le tendieron una trampa.

Le acusaron de un crimen que el jamás cometió.

Intentaron hundir su reputación.

Intentaron negar la validez de su trabajo.

Pero soportó todo lo que le echaron, y siguió en pie.

Y ahora busca... venganza.

Tiembla, Benedicto. Tiembla, porque...


...esta vez es personal.

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