lunes, 29 de octubre de 2007

Gran Semana Redundante

Amigo lector, éste que tienes ante tus ojos es el primer post de una nueva y chanante Semana Temática en el Blog de Jotace. Semana Temática a la que podríamos llamar La Gran Semana Redundante del Blog de Jotace. Porque, a lo largo de la semana, voy a dedicarme a contemplar mi propio metafórico (y verde) ombligo, sin ningún tipo de pudor. Después de todo, no se cumplen tres añitos todos los años, ¿verdad?

Así que empezamos esta Semana Temática Redundante con un clásico de las emisiones de La 2, Telecinco u otras cadenas igualmente desustanciadas: Asín se hace... el Blog de Jotace. Enjoy.




El Blog de Jotace: De Mequinof

Lo más importante de un Blog es el proceso creativo que, aunque oculto a la vista de los espectadores, determina la calidad final del engendro producto. ¿Cómo se generan los posts del Blog de Jotace? ¿De dónde salen las ideas? ¿Cómo consigue, mes tras mes y año tras año, suministrar contenidos tan frescos que parecen del día? Hoy desnudamos nuestra alma ante el común de los lectores, que podrán seguir si así lo desean los pasos indicados para sus propios y oscuros fines. ¿Preparados? Allá vamos.

Tomamos una hoja de papel, uno de cuyos lados, al menos, debe estar limpio. Eso significa que se pueden reciclar los folios que sólo hayan sido usados por uno de sus lados (no importa cuál).


Aquí un folio (ceci le foluá)


Con mucho cuidado, doblamos el folio por la mitad.


Lo doblamos (le doblón)

Si hemos realizado la maniobra correctamente, ahora tendremos entre manos un folio doblado por la mitad. Atentos, que a partir de ahora las cosas se complican: deberemos doblar por la mitad el folio que anteriormente habíamos doblado por la mitad, tal como muestra la imagen:


Lo volvemos a doblar (Doblón unotre fuá)

Ánimo que ya casi terminamos. Tomamos el folio doblado por la mitad, que hemos vuelto a doblar por la mitad y... atención... lo doblamos por la mitad. Fijaos bien en la imagen si tenéis dudas.


Y lo volvemos a doblar una vez más (Et le doblón fuá fuá)

Ya casi está. Si hemos seguido correctamente los pasos, disponemos ahora de un folio doblado tres veces sucesivamente por la mitad, dando como resultado un pedazo de papel cuya superficie ocupa una octava parte de la original. Con la otra mano, sujetaremos un bolígrafo. Un bolígrafo es un adminículo de muy simple concepción, pero difícil manejo, que sirve para escribir. Preguntad en una tienda especializada.


Aquí los instrumentos (Voací linstrumentel)

Ahora, el paso final: tomamos con nuestra mano derecha el bolígrafo, y con la izquierda el pedazo de papel. Y los introducimos simultáneamente en los bolsillos traseros de nuestro pantalón tejano (¿que no usas tejanos? ¡Corre a comprarte unos!).


En efecto: ¡el culo marciano! (¡Ohlalá!)

Ya estamos preparados para realizar nuestro blog. Armados con estas dos poderosas herramientas de edición -papel y boli, básicamente- nos entregaremos a la tarea de fantasear acerca de posibles posts mientras trabajamos, paseamos, comemos, y (he dicho "y", no "o") mientras tratamos de coger el sueño. De modo que, en el momento en que surja la idea, ¡zas!, rápidamente extraemos papel y boli, la anotamos y devolvemos tan valiosos adminículos a su ubicación original.

Cabe señalar que, para obtener el máximo rendimiento de esta metodología, es necesario no solamente anotar las ideas, sino dejarlas madurar lentamente, hasta que alcancen su grado justo de pre-elaboración. ¿Cómo sabremos que ha llegado tal punto? Observemos la figura siguiente:



Sabrán ustedes que las ideas anotadas han alcanzado su justo punto cuando el papel -el folio que doblamos por la mitad y luego doblamos por la mitad y luego doblamos por la mitad- comience a dar muestras de ceder a la erosión a la que la constante caricia de nuestros cuartos traseros la somete. Incidentalmente, si se fijan ustedes bien podrán observar en el documento anterior la anotación correspondiente a la idea de este mismo post... amén de algunas otras que aún no han visto la luz, pero probablemente lo harán en un futuro próximo. Emocionante, ¿verdad?

Ahora ya solamente que da extraer el jugo de cada papelito, y archivarlo cuidadosamente para futuras referencias en un adminículo ad-hoc, como por ejemplo, una bolsita de plástico.

El mogollón (le mogolluá)

Y ya está. Amigos, así es como se construyen las mejores ideas tras los posts que ustedes degustan con fruición. Por métodos completamente naturales, sin intervención de la fría tecnología en forma de agendas electrónicas, palms o similares.

De mi trasero a sus ojos. Sin intermediarios.

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