Fue... ¡terrible, terrible! Habíamos ido al cine, a ver una del Zorro, y volvíamos a casa, de noche, cuando nos metimos en un callejón... ¡y nos salió un ladrón! ¡Con una pistola! ¡En mi vida he pasado tanto miedo!
Por suerte, llamamos al once-ocho-oncé... ¡y, en cinco minutos, teníamos nuestro propio héroe de alquiler zurrándole la badana al caco!
Por suerte, llamamos al once-ocho-oncé... ¡y, en cinco minutos, teníamos nuestro propio héroe de alquiler zurrándole la badana al caco!
¡Gracias, once-ocho-oncé!