Más de lo que se ve a simple vista

Una de las cosas que más me agradan -si no la que más- de los comics de la Silver Age es la sutilísima manera en que los autores de la época evadían el asfixiante corsé del Comic Code, por un lado, y de la pacata moral de su época, por el otro.

El observador avisado podrá deleitarse con mil y una metáforas sutilísimas que aportan nuevas y deliciosas lecturas a historias aparentemente banales.

Sería el caso, por ejemplo, del Action 268 donde el mismísimo Hércules, apenas recibir la negativa de Lois Lane a sus intentos de avance amoroso...

...opta inmediatamente, despechado, por agarrarse firmemente a la flauta de Apolo, (guiño, guiño)...

Qué cruz de hombre

Sigh.

Qué pesadito te pones a veces, macho.

Que sí, hombre, que sí.

Que ya nos hemos enteraaaaaaado.

El Hombre de Aceeeero, que síííííí...

Eoooooh! ¿Me veis? ¿Me estáis viendo?

Toooodo de aceeeero, que sí, hombre, que sí, que ya sabemos....

Lo hacen queriendo (y saben que lo sabemos)

Pues que estaba yo tranquilamente en el sofá, a mi rollo, sin meterme con nadie, leyendo un Jóvenes Titanes, cuando, de repente, y sin mediar provocación alguna por mi parte...

¡Rápido, Batman! ¡A la Robincueva!

¿"Robincueva"? Oh, por favor...

Ya lo he pillado, Supes, ya lo he pillado...

...así que ya puedes dejar de hacer el indio con las metáforas, ¿vale?

¡YUPIIIIII!