O sea, vamos a ver. Está el tío despertándose de la siesta. Un sueñecillo a pierna (la izquierda) suelta.
Se levanta, se va al armario a coger la chaqueta...
¿Y ahí está Batman?...
¿Batman? ¿Metido en el armario? ¿A puntito de salir del armario de un mostachudo y fornido caballero? ¿Diciendo "Hello, Silver"? ¿Hello, Silver? ¿Como lo que gritaba el Llanero Solitario cuando iba a, guiño guiño, metáfora obvia a la vista, cabalgar su montura sin descanso?
La acusación ha terminado. Su caso, abogado.