Cómo pasa el tiempo. Hace dos años ya, dos, que el BDJC registró
la emergencia de una nueva arma en la ya amplia panoplia de las herramientas expresivas de este medio que tan querido nos es, el comic.
Como recordarán, en dicho post anunciamos al mundo la existencia del, reconozcámoslo sin ambages, un tanto inmodestamente bautizado Plano Marciano. Tal plano consistía en una viñeta de forma en general apaisada, que ocupaba todo el ancho de la página y que tenía como factor diferenciador la presencia de un culo.
Sabrán ustedes que en este blog somos muy fanes de los culos. De manera que hemos seguido con atención el uso que de este nuevo recurso expresivo han hecho los artistas del pincel. Merced a este estrecho seguimiento, el Blog de Jotace -sección Técnicas Narrativas y Esferificación de Contextos- ha conseguido identificar un mínimo de tres tipologías Planomarcianeras claramente diferenciadas.
En primer lugar, tenemos lo que sería el Culo Iceberg. El Culo Iceberg suele ocupar el centro de la viñeta, se muestra redondeado, rotundo y poderoso, y es habitualmente utilizado como metáfora -poco disimulada, eso sí- del grado de buenorrez de su portadora.
Culo Iceberg El lector, enfrentado al Culo Iceberg, toma la parte por el todo y asume que la parte oculta es tan o más exhuberante que la parte visible; de ahí su denominación. La economía de medios que supone -no hace falta dibujar al personaje entero para transmitir que está estupendo- la ha hecho muy apreciada entre el artisterío actual.
En segundo lugar tenemos el Culo Discursivo. El culo Discursivo se distingue del Culo Iceberg por ocupar no el centro, sino uno de los extremos del plano, dejando así libre el resto de la viñeta para que podamos observar a los interlocutores. Los interlocutores del culo, puesto que las más de las veces, el uso del Culo Discursivo impone, por mor de la narrativa, que el bocadillo provenga del mismo culo, o sus alrededores cercanos.
Culo Discursivo Es posible que el autor ironice, mediante el Culo Discursivo, con que las palabras emitidas no son más que m*erda (mentiras), pero nuestras investigaciones no pueden todavía confirmar este extremo.
Y en tercer lugar, tenemos el curioso caso del Culo In Itinere. El Culo In Itinere parece no formar parte de la narración, carece de peso en la historia y tal como aparece, desaparece y no se le vuelve a ver. El Culo In Itinere desató una acalorada polémica entre los estudiosos, distinguiéndose claramente tres corrientes de pensamiento entre éstos. La primera de estas corrientes opina que el Culo In Itinere es, simplemente, fruto de una incorrecta planificación de página, de manera que podría ser perfectamente sustituído por cualquier otro elemento: un perro, un bombero, un payaso triste.
Culo In Itinere Una segunda corriente, por el contrario, argumenta que un culo jamás puede ser accidental, y que por tanto su presencia es de carácter ornamental y decorativo (que ya es). Y, en fin, hay una tercera corriente que defiende que la presencia del Culo In Itinere trata de simbolizar la fragilidad del Ser Humano ante el inefable Eros.
Pero estos últimos son unos gafapastas y los tenemos encerraos en el cuarto de las escobas, así que en realidad no cuentan.
En fin, confiamos en haber arrojado un poco más de luz sobre el Plano Marciano, y les emplazamos a una próxima edición de La Técnica en el Comic, donde exploraremos las bastardizaciones que este noble Plano Marciano está sufriendo en la actualidad. Un tema candente, ya se lo avanzamos a ustedes.