"No lo había creído posible. Jamás pensé que pudiese ocurrir algo así, ni por un momento. Y que me haya pasado a mí es... mágico. Uf". Quien así se expresa es Fulgencio Zapatilla, un aficionado al comic barcelonés que ha saltado a la fama en los círculos comiqueros de la Ciudad Condal. El motivo: haberse leído un comic guionizado por Grant Morrison.... y entenderlo.
"Fue... no sé cómo expresarlo. Yo suelo comprar todo lo que publica Morrison, por lo mismo que todos: para aparentar. Porque claro, todo el mundo comiéndote la oreja que si es tan bueno, tan conceptualmente avanzado, que si patatín, que si patatán... pero me compré la Final Crisis y, oiga, aquello no había por donde cogerlo. Ni pies ni cabeza. Me compré unos Batman y lo mismo. Recuperé El Asco y ya ni le cuento. Ya desesperaba, pero esta vez, no sé qué ocurrió, una conjunción astral o algo así sería... el caso es que lo leí y divinamente, oiga. Todo me cuadró a la primera: los Melones del Destino como referencia al posmodernismo rechoncho, el sutilísimo guiño al Seis al revés con las cejas gordas, la historia de los Perros Fractales del Universo A Topos como metáfora de los tipos de interés en la Zona Euro, el asunto de la ósmosis de la praxis, que conduce de manera natural a la entelequia del guarismo inapetente... vamos, que se lo pillé todo y a la primera, ¿eh?". El feliz aficionado disfruta ahora de la admiración de sus iguales, y lleva firmados una treintena de autógrafos desde el feliz suceso, que tuvo lugar la semana pasada pero no trascendió hasta ayer.
"Eso sí: tengo que decirle que el comic en sí, lo encontré flojillo nada más, ¿eh? Que podía haber contado lo mismo en una grapa y se cascó el tío una miniserie de seis números... pero en fin, no se puede tener todo, ¿no?"