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lunes, 7 de marzo de 2011

viernes, 30 de abril de 2010

¡Dolor!


Este es un señor (dicho sea en un sentido amplio), abordando a Wonder Woman, de incógnito, en una discotheque (¿aún se llaman así, ¿verdad?) y soltándole inconveniencias.


¿Wonder Woman? ¿Esa pavisosa?


Por supuesto, el orgullo amazónico exige que la afrenta sea lavada ipso-facto. De manera que la amazona flexiona sus poderosos músculos, y...

Crunch. O sea... crunch. Polamordedios. Crunch.


¿Dolor?

¿Mucho dolor?

Es posible que ahora mismo estés, amigo lector, sufriendo el muy característicamente masculino acto reflejo de encoger tu saco escrotal. Puede que incluso sintiendo un cierto dolor empático. Porque, incluso en carne ajena, crees haber atisbado el dolor supremo.

Y nada puede doler más que eso.

Pero no.

Amigo, consejo gratuito: jamás subestimes...


¡Tío, me ha destrozado el iPhone!


...la ira de una amazona desairada....


(Y, por cierto, la familia marciana se las pira hasta el lunes, así que... pues eso).

jueves, 15 de abril de 2010

Una razón (más) para odiar Marvel y todo lo que representa

Estaba yo tranquilamente, ahí a mi rollo, leyéndome el Hulked-Out Heroes #1, sin meterme con nadie ni nada... cuando así, de repronto, y sin mediar provocación alguna... trololo!!!



DOS P*TOS DÍAS, DOS LLEVO CON LA CANCIONCITA DE LOS C*JONES EN LA CABEZA!!! AHORA QUE HABÍA CONSEGUIDO OLVIDARLA!!!!

Pagarás por esto, Marvel... ya lo creo que pagarás...

miércoles, 14 de marzo de 2007

Mi objetivo sublime alcanzaré

Como sabréis los deceítas leídos -que son casi todos-, el policía Jim Corrigan, tras ser asesinado por unos matones por el popular procedimiento de dotarle de unos bonitos zapatos de cemento y tirarle al río, asumió el manto de El Espectro, convirtiéndose así en el Espíritu de la Venganza.

Y no me refiero a que alguien se vengase del pobre Jim obligándole a ponerse unas mallas blancas y a pasearse por ahí con un slip verde (aunque lo parece). Me refiero a que el pobre Espectro pasó en adelante su vida (por decir algo) castigando al malhechor de forma creativa; habitualmente, destrozándolo con extravagancia a partir de elementos asociados a su crimen o a su profesión. O sea, que si el malvado era un sastre, lo cortaba a cachitos con unas tijeras gigantes. Si era carnicero, lo cortaba a cachitos con un cuchillo de carnicero gigante. Si hacía calceta, lo destrozaba con unas agujas de hacer calceta gigantes... en fin, supongo que ya veis el patrón.

Por eso, cuando ví esta imagen, no pude dejar de pensar...


...vaya, el temible Violador de Wisconsin va a pasar un rato malo, malo...