Apreciados correligionarios.
Tengo que daros una muy, muy mala nueva.
Sé que lo que os voy a decir irá en contra de todas vuestras creencias. En contra de todo aquello que conforma eso que llamamos "sentido común" y que nos guía por esta vía oscura y amenazante que llamamos vida.
Pero, amigos, la prueba es irrefutable. Quizás otro, en mi lugar, habría optado por suprimir discretamente las pruebas y guardar un piadoso silencio.
Pero yo no soy así.
Yo, al contrario, creo que una información como la que estoy a punto de entregaros no hará sino reafirmarnos en nuestras convicciones y relanzar todavía más, si cabe, nuestra fe en lo que sabemos, sin el menor atisbo de duda, que es verdad.
Amigos.
El batimóvil, finalmente...

...resulta que no tiene cambio automático.