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lunes, 7 de noviembre de 2011

Disculpo las reiteras

Es que no me lo quito de la cabeza. Quisiera por tanto pedir una vez más disculpas al respetable por el lamentable resultado de mi viaje al pasado... claro, ahora te miras cómo ha quedado DC y piensas, "esto lo ha hecho un marciano borracho por lo menos..." y, ¿sabes qué? Que tienes razón. Por lo tanto, reitero aquí y ahora mis disculpas. No fue, desde luego, mi mejor momento.

En mi descargo, podría decir que la situación anterior a mi excursión temporal era mucho, mucho peor... pero claro, al ser yo el único que recuerda aquel -infausto- pasado, pues mi posición es... difícil. Incluso algún desalmado ha habido -jamás penséis mal de un sicópa... ¡telépata, de un telépata!-, ejem, algún desalmado ha habido, decía, que ha insinuado que yo ni he viajado en el tiempo ni ná, y que el cipostio este se lo han montado Didio y sus coleguitas, ellos solitos, sin intervención marciana mediante.

Bueno, admito que cabe la posibilidad de duda. Podría tratarse de un purparlé. Podría no haber viajado al pasado y podría no haberle dado a Didio instrucciones concretas sobre cómo hacer las cosas. Podría.

Pero, entonces, listillos...


...¿cómo explicáis esto? ¿Eh? ¿Eh?

jueves, 17 de marzo de 2011

El plano marciano: ¡aprovechados!


Hablábamos el otro día, queridos amigos de las nuevas formas de expresión comiquera, de cómo el plano marciano, desde su feliz descubrimiento, había evolucionado hacia tres usos diferentes: el culo iceberg, el culo discursivo y el culo in itinere.

Ahora bien; en el campo de la innovación expresiva, como en todos, el éxito genera la imitación. Es por ello que nos vemos en la penosa obligación de señalar con el dedo a aquellos mal llamados ilustradores, que tratan de arrimar el ascua a su sardina y bastardizar la limpia e inocente naturaleza del plano marciano. Sí, amigos. Hay gente así.

Gente que trata de aprovecharse de la riqueza expresiva del plano marciano sin respetar su esencia: la enorme capacidad discursiva del culo. ¿Podemos quedarnos impasibles viendo esto?



¿Qué es esto? ¿Un par de t*tas? Pero por favor. Qué...burdo. Cómo tratan de aprovecharse. Cómo apelan a nuestos bajos instintos, a nuestras bajas pasiones, cuando lo que a nosotros nos priva de verdad es una narrativa cuidada y atractiva (cuyo máximo exponente y a la vez inapelable indicador es el plano marciano, evidentemente).

¡Compañeros! ¡De ningún modo permitamos que un par de t*tas usurpe el papel que por derecho le corresp... ulp...



¿...de qué estaba yo hablando...?

miércoles, 23 de febrero de 2011

El Plano Marciano: una taxonomía apresurada


Cómo pasa el tiempo. Hace dos años ya, dos, que el BDJC registró la emergencia de una nueva arma en la ya amplia panoplia de las herramientas expresivas de este medio que tan querido nos es, el comic.

Como recordarán, en dicho post anunciamos al mundo la existencia del, reconozcámoslo sin ambages, un tanto inmodestamente bautizado Plano Marciano. Tal plano consistía en una viñeta de forma en general apaisada, que ocupaba todo el ancho de la página y que tenía como factor diferenciador la presencia de un culo.

Sabrán ustedes que en este blog somos muy fanes de los culos. De manera que hemos seguido con atención el uso que de este nuevo recurso expresivo han hecho los artistas del pincel. Merced a este estrecho seguimiento, el Blog de Jotace -sección Técnicas Narrativas y Esferificación de Contextos- ha conseguido identificar un mínimo de tres tipologías Planomarcianeras claramente diferenciadas.

En primer lugar, tenemos lo que sería el Culo Iceberg. El Culo Iceberg suele ocupar el centro de la viñeta, se muestra redondeado, rotundo y poderoso, y es habitualmente utilizado como metáfora -poco disimulada, eso sí- del grado de buenorrez de su portadora.

Culo Iceberg

El lector, enfrentado al Culo Iceberg, toma la parte por el todo y asume que la parte oculta es tan o más exhuberante que la parte visible; de ahí su denominación. La economía de medios que supone -no hace falta dibujar al personaje entero para transmitir que está estupendo- la ha hecho muy apreciada entre el artisterío actual.

En segundo lugar tenemos el Culo Discursivo. El culo Discursivo se distingue del Culo Iceberg por ocupar no el centro, sino uno de los extremos del plano, dejando así libre el resto de la viñeta para que podamos observar a los interlocutores. Los interlocutores del culo, puesto que las más de las veces, el uso del Culo Discursivo impone, por mor de la narrativa, que el bocadillo provenga del mismo culo, o sus alrededores cercanos.

Culo Discursivo

Es posible que el autor ironice, mediante el Culo Discursivo, con que las palabras emitidas no son más que m*erda (mentiras), pero nuestras investigaciones no pueden todavía confirmar este extremo.

Y en tercer lugar, tenemos el curioso caso del Culo In Itinere. El Culo In Itinere parece no formar parte de la narración, carece de peso en la historia y tal como aparece, desaparece y no se le vuelve a ver. El Culo In Itinere desató una acalorada polémica entre los estudiosos, distinguiéndose claramente tres corrientes de pensamiento entre éstos. La primera de estas corrientes opina que el Culo In Itinere es, simplemente, fruto de una incorrecta planificación de página, de manera que podría ser perfectamente sustituído por cualquier otro elemento: un perro, un bombero, un payaso triste.

Culo In Itinere

Una segunda corriente, por el contrario, argumenta que un culo jamás puede ser accidental, y que por tanto su presencia es de carácter ornamental y decorativo (que ya es). Y, en fin, hay una tercera corriente que defiende que la presencia del Culo In Itinere trata de simbolizar la fragilidad del Ser Humano ante el inefable Eros.

Pero estos últimos son unos gafapastas y los tenemos encerraos en el cuarto de las escobas, así que en realidad no cuentan.

En fin, confiamos en haber arrojado un poco más de luz sobre el Plano Marciano, y les emplazamos a una próxima edición de La Técnica en el Comic, donde exploraremos las bastardizaciones que este noble Plano Marciano está sufriendo en la actualidad. Un tema candente, ya se lo avanzamos a ustedes.

viernes, 13 de febrero de 2009

El Plano Marciano

El titánico esfuerzo de documentación, necesario para brindarles a ustedes este magnífico Culo Week que estamos viviendo, ha tenido un efecto no por inesperado menos entusiasmante. En mi incansable búsqueda de traseros, creo haber dado, sin pretenderlo, con un hallazgo que promete rendir un gran servicio al comic como medio artístico, poniendolo quizás en igualdad de condiciones con otras artes más valoradas por el vulgo, o público en general. Permítanme que me explique.

En el pasado, la principal fuente de experimentación visual y narrativa provenía del mayor espectáculo del mundo: el cine. Directores visionarios y audaces desarrollaron el lenguaje visual cinematográfico, estableciendo los códigos narrativos básicos que hoy día se extienden por todos los medios de comunicación.

Esto ya no es así, y me propongo demostrarlo.

Mis investigaciones demuestran que hoy día la punta de lanza de la experimentación y la innovación más rabiosa en el lenguaje narrativo se halla en el comic. Atrás quedaron los tiempos en que el comic era el hermano pequeño, debilucho y enfermizo, que trataba de copiar a su hermano mayor. Hoy, las tornas han cambiado, y deberá ser el cine el que se apoye en el comic para redefinir su esencia.

Y esa rabiosa innovación a la que me refería, está protagonizada por el culo.

Sabrán ustedes que en las escuelas de cine, una de las primeras cosas que se aprenden son los diferentes tipos de plano. La panorámica, el primer plano, el plano americano, el picado, el contrapicado... son técnicas bien establecidas y, aquí la parte importante, las mismas desde hace décadas.

Pero el comic... ah, amigos, el cómic... el cómic ha dado un paso más allá y ha desarrollado planos que no encontraréis en las pantallas de vuestro multicine favorito. Al primer tipo de plano, que me honro en haber sacado a la luz en tanto que tendencia estilística, me agrada pensar en él, modestamente y si me permiten el egotístico exceso, como "plano marciano". Y es el siguiente:



Obsérvense las diferencias respecto a los planos que habitualmente observamos en la gran o pequeña pantalla. El Plano Marciano es aparentemente panorámico; la acción se desarrolla al fondo de la escena. Pero la verdadera acción no ocurre al fondo, sino más cerca. Y el protagonista es, siempre, el culo.



Rotundo, potente, dominando la escena. El culo. Siempre el culo.


Quizás crean ustedes que se trata de un par de simples casos aislados, incapaces de marcar una tendencia definida. Eso pensaba yo al principio, sí. Pero permítanme asegurarles que la evidencia es abrumadora; el Plano Marciano, una vez descubierto, aparece por doquier. ¿Quieren pruebas? ¿QUIEREN PRUEBAS? ¡USTEDES NO PUEDEN SOPORTAR LAS...! Uh, perdón. Las pruebas, sí.















Amigos míos, regocijémonos porque por fin el comic, de la mano del culo, ha alcanzado su mayoría de edad. ¡Aleluya!