No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...

No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...
No pienses en tiburones voladores...

¡AJAJÁ! ¡Lo hice, lo hice! ¡Funciona! ¡Funciona!
Así que ahora, amigo lector... no pienses en gorilas verdes que te siguen a todas partes y a quienes sólo tú puedes ver u oir... no pienses en gorilas verdes que te siguen a todas partes y a quienes sólo tú puedes ver u oir... no pienses en gorilas verdes que te siguen a todas partes y a quienes sólo tú puedes ver u oir...
¡BWHAHAHAHA!