- En el proyecto nos tomamos el asunto de la seguridad muy, muy en serio.
- Claro, ya imagino.
- Desde el principio tuvimos claro que todos los accesos debían utilizar parámetros biométricos, por supuesto. Son los más seguros y los más difíciles de falsificar.
- Ajá.
- Evaluamos diferentes propuestas. Descartamos casi inmediatamente el reconocimiento de voz, quizás el más fácil de simular.
- Entiendo.
- Tanto las huellas dactilares como la identificación mediante el iris parecían interesantes a priori...
- ...
- ... pero, dadas las frecuentes e inevitables incursiones de villanos en el proyecto -entre dos y tres al mes-, pensamos que no deseábamos terminar con una plantilla de técnicos sin pulgares oponibles o con el piratesco atributo que representa el parche en el ojo, si me perdona la frivolidad.
- Se la perdono.
- Y entonces fue cuando se nos ocurrió la idea: es tan individual e intransferible como una huella dactilar, es más difícil de falsificar que un iris, y mantiene al personal a salvo de, eehhh... transferencias corporales no deseadas. ¡es exactamente lo que necesitábamos! Y, ¿quiere saber un detalle intrigante?
- Dígame, por favor.
- Aún no sabemos el por qué y no me pregunte cómo lo sabemos, pero...
- ...Scarlett Johansson podría abrir todas y cada una de las puertas del complejo...