A todos nos ha asaltado alguna vez en la vida un momento en que queremos llamar la atención de alguien. Puede ser alguien a quien amamos, alguien a quien respetamos, o alguien a quien admiramos. Hay muchas formas de afrontar estas sensaciones, pero el objetivo es claro: queremos que esa persona se fije en nosotros.
De esta manera, Dick Grayson veía que su relación con Batman se enfriaba, y notaba un distanciamiento entre él y su antiguo mentor. Se encontraba en el estado antes mencionado cuando decidió acudir a Tim Drake, la persona que parecía que mejor conocía a Batman en ese momento, en busca de consuelo, consejo y guía. El pobre Dick estaba consternado, y no encontraba la manera de recuperar los antiguos favores de Bruce Wayne prodigados hacia él.
Su joven amigo, tras oír todo el relato de la vieja relación entre Batman y Nightwing, decidió ayudarle. Lo mandó a su casa, y le pidió que esperase acontecimientos.
Varios días después, Grayson recibió un paquete de Tim, y en la nota adjunta, le instaba a abrirlo en presencia de Bruce Wayne.
Dick partió raudo a la batcueva, allí abrió el paquete, y su sorpresa fue mayúscula al comprobar su contenido. Un primer sentimiento de turbación y confusión recorrieron su cuerpo.
No sabía por qué, pero dicho objeto pareció captar, en el acto, la atención del murciélago. Así que Grayson miró las instrucciones de uso del mismo, y se puso manos a la obra.
Y poco después, se obró el milagro.
"Tengo a Batman mirándome el trasero, ¿no?"
Había captado la atención de Batman y, por su expresión, de una forma mucho más vívida que antes. En definitiva, una bella historia de amistad con final feliz.
...
Ah, sí, se me olvidaba, el acertijo... ¿Qué contenía el paquete?
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