Más de tres es un manojo

Realmente, no tengo palabras. 

Tampoco lo sigo mucho pero al parecer, Tony Stark está liado -quiero decir, a tortas y eso- con el Mandarín. Si, bueno, vale, un poco lo de siempre, así que no es spoiler. Lo que viene a partir de aquí igual sí lo es un poquito, no sabría decirlo, pero daros por avisados. 

El caso es que, al parecer, los famosos anillos del mandarín han adquirido conciencia de sí mismos. Son anillos sentientes. Y, como cualquier grupo de anillos sentientes que se precien, han formado... ¿una liga? ¿Un conjunto musical? ¿Un orfeón? No; como cualquier grupo de anillos sentientes que se precie, han formado... un anillo. 

Un anillo de anillos sentientes. 

Y claro, quedan para verse, y hablar de sus cosas, y supongo que tendrán sus  sus actividades... y me parece muy bien, ojo, no nos equivoquemos, que por supuestísimo que están en su derecho y yo no soy nadie para decirles nada. Por favor, si algunos de mis mejores amigos son anillos sentientes (como el de Robin, badabúm-chss!).

Yo sólo digo que...

...no pensaba que fuesen de esa clase de anillos.

Entre anillos anda el juego

Un hecho poco conocido del Universo DC es la extraordinaria querencia que John Stewart, Green Lantern, tiene por el lecho. Que es un dormilón, vamos. ¿Que necesitas un tipo que te guarde las espaldas en un asalto a muerta a una fortaleza alienígena? Ahí está John. ¿Un arquitecto que te diseñe, un poner, una Coast City nueva así en un pispás? Sin problema. Pero, ah, amigo, por la tarde si eso. Porque Stewart es absolutamente incapaz de madrugar para llegar a tiempo a una cita.

Bueno, era incapaz.

Porque, finalmente, las chanzas, mofas y befas de sus compañeros Lantern sobre el particular, acabaron tocándole el orgullo.

Porque, después de todo, un anillo de poder es más versátil que un iPhone. Es casi inteligente.

Y si se le enseña con la suficiente paciencia, incluso puede llegar a disfrutar de su trabajo.

Por poco agradable que éste sea.

Oh, tío, ¿ya?

Y porque no hay obstáculo a lo que la férrea voluntad de un Green Lantern verdaderamente decidido puede lograr, claro.

La guerra por el anillo

Del emilio marciano:

Pues nada, que algo malo me ha pasado, que ahora no puedo ni ver una película con la mente limpia...

Es eso o que los batitaquiones llegan hasta la Tierra media...

En la primer imagen podemos ver a Smeagol pidiendo el anillo a "su amor"


En la segunda confirma la petición "porque es su cumpleaños" (en ambas, los subtítulos vienen del original)


En la tercera vemos a Smeagol decido a tomar a toda costa el anillo de "su amor", quien no parece muy contento con la idea de que sea así, sin un besito siquiera


Al final (cuarta imagen), y después de obtener lo deseado, Smeagol se despide...

[Necio Hutopo habla de otras cosas aca]