Los extranjeros, ya se sabe, nos tienen rabia. Porque como en España, reconozcámoslo, no se vive en ningún sitio. Lo nuestro sí que es calidad de vida, y sol y buen tiempo. Aquí sí que se come bien, y se bebe bien, y se fuma (en las terrazas) bien. Y por todo eso nos temen y nos odian.
Porque sólo desde la malsana envidia, desde la inanidad más absoluta, se entiende que el Balón de Oro se lo lleve Messi, y no nuestros españolísimos, o catalanísimos según conveniencia, Iniesta y Xavi.
Y sólo desde el rencor cabe considerar a Mourinho entrenador del año, cuando un salmantino de los de toda la vida, un hombre de la tierra, va y nos conquista a todos los españoles la gloria eterna de los campeones.
Pero hay justicia en el mundo. Aunque nos la tengamos que buscar nosotros.

Muérete de envidia, Mourinho.
Porque sólo desde la malsana envidia, desde la inanidad más absoluta, se entiende que el Balón de Oro se lo lleve Messi, y no nuestros españolísimos, o catalanísimos según conveniencia, Iniesta y Xavi.
Y sólo desde el rencor cabe considerar a Mourinho entrenador del año, cuando un salmantino de los de toda la vida, un hombre de la tierra, va y nos conquista a todos los españoles la gloria eterna de los campeones.
Pero hay justicia en el mundo. Aunque nos la tengamos que buscar nosotros.

Muérete de envidia, Mourinho.