La historia es bien conocida.
Bruce Wayne, de los Wayne de toda la vida, es un joven destinado -por estirpe y posición- a una vida fácil y regalada. Sin embargo, los caprichos del Sino le arrebatan esa vida en una funesta noche. De esa noche en adelante, los demonios internos del joven Wayne le arrastrarán a una vida de expiación permanente de un pecado jamás cometido, a embarcarse en una guerra contra el crimen imposible de ganar y, en fin, a vivir en la oscuridad, en permanente contienda con dementes, criminales y monstruos... haciéndose uno con la oscuridad y la negrura del alma.
De acuerdo.
Pero, eh.
¡Yiííííííííi!!!
Que hay tiempo para todo también, ¿eh?