Pues que iba yo con un poco de prisa, porque iba tarde ya a la quedada bloguera, y aún tenía que pasar por otro sitio a despedirme, y pasé con la lengua fuera por la FNAC. Donde estaban, así tan ricamente sentados, firmando tebeo nuevo (¡corran a su librería especializada a hacerse con El Bosque de los Suicidas, malditos! ¡Y con El Velo! ¡Dejen esto, ya lo leerán cuando vuelvan! ¡Corran!) el Torres, al que probablemente recuerden de Salones Anteriores y... otro señor, a quien no tenía el gusto de conocer personalmente... éste señor, que responde al nombre de Gabriel Hernández, artista:

Señor que se ganó ipso-facto un lugar preferente en los anales (con perdón) de este humilde blog, con tan sólo cinco palabras. Cinco palabras que me gustaría haber podido pronunciar yo. Qué co*o, cnco palabras que cualquier friki comiquero mataria por tener el privilegio de pronunciar, y que awesomizaron a su dueño ante mis ojos instantánea pero eternamente, en mi corazón y espero que en el suyo de ustedes.
Parece que aún las estoy oyendo. Esas palabras todavía levantan melancólicos ecos en algún lugar muy dentro de mí... las palabras...

Señor que se ganó ipso-facto un lugar preferente en los anales (con perdón) de este humilde blog, con tan sólo cinco palabras. Cinco palabras que me gustaría haber podido pronunciar yo. Qué co*o, cnco palabras que cualquier friki comiquero mataria por tener el privilegio de pronunciar, y que awesomizaron a su dueño ante mis ojos instantánea pero eternamente, en mi corazón y espero que en el suyo de ustedes.
Parece que aún las estoy oyendo. Esas palabras todavía levantan melancólicos ecos en algún lugar muy dentro de mí... las palabras...
"¡YO DIBUJÉ LA BALLENA VAMPIRO!"

Y si a la awesomidad propia de la misma frase, le añades la guinda de señalar que, en realidad, de lo que estamos hablando no es de una ballena, sino de un cachalote, y que el nombre en inglés del bicho es nada más y nada menos que sperm whale, entenderéis que esté buscando un awesómetro nuevo, porque el viejo ha petado.
Así que si alguien tiene uno que le sobre y se quiera sacar de encima a buen precio, que chifle.
Así que si alguien tiene uno que le sobre y se quiera sacar de encima a buen precio, que chifle.