La gota malaya

Hay una horrorosa forma de tortura que se llama la gota malaya. 

Consiste en immovilizar al sujeto, de manera que no tenga manera de evitar, esquivar o evadir de ninguna de las maneras un simple goteo sobre su cabeza. Una sencilla gota, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, hasta que el sujeto se vuelve loco o el agua le atraviesa el cráneo.

Cuando yo era pequeño, leía un Mortadelo tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro tras otro. Mortadelos como éste. 

Y, a día de hoy, todavía pienso, jo...

...me podría haber agujereado la cabeza...

[Oh, Spiderterry, por qué...]

Viva la Pepa

Hoy, diecinueve de marzo de 2012, se cumple el segundo centenario de la Constitución de Cádiz, designada popularmente como "La Pepa".

Las especiales condiciones en las que se redactó, en un país ocupado pero resistente, la han dotado de un halo de reverencia casi mágico. Efectivamente, los españoles de la época, sin duda infundidos de ardor guerrero constitucionalista, fueron capaces -con un poco de ayuda de nuestros amigos, qué digo amigos, ¡hermanos! ingleses- de expulsar al pérfido francés, al liberal, moderno, social y económicamente avanzado francés de nuestra rica, y productiva patria.

O así se nos ha contado.

Porque, ¿y si en la guerra de independencia hubiese tomado parte una fuerza oculta? ¿Una hermandad aliena, cofcof guiño guiño, a los intereses cortoplacistas de la época?

¿Una hermandad que, pequeña intervención aquí, pequeño empujoncillo allá, hubiese determinado el destino de las naciones en aquel momento... y hubiese estado haciéndolo desde hace siglos?

¿Y quizás continúe haciéndolo?

Titotatín...

[Y Spiderterry no sabe nada más.
Me he encargado de ello..]

Si tienes fe, lo verás

Apliquemos la lógica.

Necesitamos que la gente done sangre.

¿Y dónde hay mucha, mucha sangre?



Exacto.

[Spiderterry tiene una mente...]