miércoles, 12 de noviembre de 2008

Podriais habermelo dicho, malditos

Qué... qué idiota he sido.

Supongo que he hecho el ridículo, ¿no? No, no, no trateis de negarlo, por favor.

Puedo imaginaros, guiñándoos el ojo y dandoos codazos los unos a los otros cada vez que mencionaba al gorila verde que solamente yo podía ver u oir. Eh, no os culpo. Ahora puedo ver claramente mi error.

La idea de un gorila verde al que solamente yo puedo ver u oir susurrándome, incitándome a tomar determinados cursos de acción o a rechazar otros es, ahora me doy cuenta, absolutamente ridícula.

Me pregunto cómo fui tan ciego.

Ahora comprendo que el Gorila verde era tan solo la malsana expresión de un poderoso aunque desequilibrado intelecto; me refiero, por supuesto...



...al terrible Pingüino Telépatico Que Conjura Al Gorila Verde Que Solamente Yo Puedo Ver u Oir, claro está.

Eh, que los dos perritos vestidos de Batman y Superman que me lo dijeron parecían muy convencidos...

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