Queridos colegas en el frikerío, algo no funciona bien en nosotros. No se si se trata de un error genético o de un impulso básico, pero sí se que no podemos controlarlo. Porque sabemos que está mal, que no debemos, que es arriesgado... pero no podemos evitarlo.
Cualquier friki sabe que puede prestarle tebeos a otro friki. En la hermandad friki vale el principio de "Tratarás los comics de tus amigos como a los tuyos propios". Ahí no hay problema (y la venganza en cualquier caso es terrible). Pero, ¿y fuera de ese selecto círculo? ¿Por qué es acercarse un conocido, cualquier mindundi, soltar un casual comentario... y ahí estamos nosotros, henchidos de generosidad, diciendo las palabras malditas... "Tienes que leerte XXXX. Ya te lo dejaré..."?. Ya te lo dejaré. Llévatelo. Ya me lo devolverás. Malditas palabras. ¿Cuantos tebeos han sufrido un destino horrible debido a nuestra ligereza? ¿Cuantas colecciones se han perdido o deshecho irremisiblemente por nuestras alegrías prestamistas? ¿Por qué tanto odio, por qué?
Podría contaros historias que os pondrían la gallina de piel. Colecciones completas desaparecidas a manos de "amigos" aún más desaparecidos... dios, mis Conan de Forum... tebeos mutilados... tebeos condimentados con grasa de embutidos varios... recoloreados por demoníacos infantes... el horror, el horror... ¿Y a cambio de qué? Yo os lo diré: ¡de nada! ¡El que no es friki a los quince, no lo es jamás, y punto! ¡Por muchos X-Men que le prestes! ¡Si la mayoría nos los devuelven al cabo de seis meses SIN HABERLOS LEíDO SIQUIERA!!!
En otras circunstancias, lo menguado de los resultados debería hacer que esta práctica desapareciese inmediatamente de nuestra existencia. Pero la vida del friki no es sencilla. En todos nosotros hay un natural, sincero y perfectamente legítimo deseo de difundir la Palabra. De extender el frikismo. Entre nuestros amigos, conocidos, compañeros. Dios, hasta les prestamos tebeos a nuestras novias y esposas. A tías. Eso nos redime, pero al mismo tiempo pone en situación de máximo riesgo a nuestras colecciones.
Un reciente estudio de la Universidad de Wildstone nos revela unos datos escalofriantes.
- El 94'3% de los frikis encuestados afirma que ha prestado tebeos "en más de una ocasión".
- El 76% reconoce haber recuperado alguno de sus comics en mal estado
- El 62% afirma haber perdido la esperanza en recuperar algún comic prestado
- El 39% reconoce haber olvidado a quién le prestó alguno de sus comics
- El 56% de los encuestados "ha jurado venganza"
Terrible, ¿verdad?
Es por ello que, en los próximos días, el BdJC, sección servicio público, tratará de dar unas directrices, no ya para evitar la tentación de prestar tebeos a no-frikis (que nos conocemos), sino para reducir en lo posible los riesgos derivados de dicha práctica.
Y, por último, quisiera, amigo friki, ofrecerte este post y sus comments para, en un ejercicio de catarsis colectiva, exorcizar nuestros demonios interiores y explicarnos nuestras terribles experiencias al respecto. Estamos aquí para ayudarte. Juntos lo superaremos.
Porque somos frikis.
Cualquier friki sabe que puede prestarle tebeos a otro friki. En la hermandad friki vale el principio de "Tratarás los comics de tus amigos como a los tuyos propios". Ahí no hay problema (y la venganza en cualquier caso es terrible). Pero, ¿y fuera de ese selecto círculo? ¿Por qué es acercarse un conocido, cualquier mindundi, soltar un casual comentario... y ahí estamos nosotros, henchidos de generosidad, diciendo las palabras malditas... "Tienes que leerte XXXX. Ya te lo dejaré..."?. Ya te lo dejaré. Llévatelo. Ya me lo devolverás. Malditas palabras. ¿Cuantos tebeos han sufrido un destino horrible debido a nuestra ligereza? ¿Cuantas colecciones se han perdido o deshecho irremisiblemente por nuestras alegrías prestamistas? ¿Por qué tanto odio, por qué?
Diosss... pero, ¿en qué cojones estaba pensando yo
para dejarle mis Archivos de Norma a ese imbécil...?
para dejarle mis Archivos de Norma a ese imbécil...?
Podría contaros historias que os pondrían la gallina de piel. Colecciones completas desaparecidas a manos de "amigos" aún más desaparecidos... dios, mis Conan de Forum... tebeos mutilados... tebeos condimentados con grasa de embutidos varios... recoloreados por demoníacos infantes... el horror, el horror... ¿Y a cambio de qué? Yo os lo diré: ¡de nada! ¡El que no es friki a los quince, no lo es jamás, y punto! ¡Por muchos X-Men que le prestes! ¡Si la mayoría nos los devuelven al cabo de seis meses SIN HABERLOS LEíDO SIQUIERA!!!
En otras circunstancias, lo menguado de los resultados debería hacer que esta práctica desapareciese inmediatamente de nuestra existencia. Pero la vida del friki no es sencilla. En todos nosotros hay un natural, sincero y perfectamente legítimo deseo de difundir la Palabra. De extender el frikismo. Entre nuestros amigos, conocidos, compañeros. Dios, hasta les prestamos tebeos a nuestras novias y esposas. A tías. Eso nos redime, pero al mismo tiempo pone en situación de máximo riesgo a nuestras colecciones.
Un reciente estudio de la Universidad de Wildstone nos revela unos datos escalofriantes.
- El 94'3% de los frikis encuestados afirma que ha prestado tebeos "en más de una ocasión".
- El 76% reconoce haber recuperado alguno de sus comics en mal estado
- El 62% afirma haber perdido la esperanza en recuperar algún comic prestado
- El 39% reconoce haber olvidado a quién le prestó alguno de sus comics
- El 56% de los encuestados "ha jurado venganza"
Terrible, ¿verdad?
Es por ello que, en los próximos días, el BdJC, sección servicio público, tratará de dar unas directrices, no ya para evitar la tentación de prestar tebeos a no-frikis (que nos conocemos), sino para reducir en lo posible los riesgos derivados de dicha práctica.
Y, por último, quisiera, amigo friki, ofrecerte este post y sus comments para, en un ejercicio de catarsis colectiva, exorcizar nuestros demonios interiores y explicarnos nuestras terribles experiencias al respecto. Estamos aquí para ayudarte. Juntos lo superaremos.
Porque somos frikis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Humor comiquero sofisticado e inteligente. Hacemos de la elegancia nuestra bandera. No encontrará usted nada mejor a este lado del rio ese de CHOCHOA.