El Blog de Jotace, sección Recuperación de Clásicos, les trae hoy a la memoria una de esas sagas que han hecho GRANDE al Universo DC: nada más y nada menos que la simpar BLOODLINES, mega-saga que-te-cagas-por-la-pata-abajo del año 1993 de nuestro señor, en la gran tradición de superéxitos anteriores como Millennium, War of the Gods o Eclipso: the darkness within.
Bloodbath. Ante todo, sutileza...
La premisa es emocionante, amigos: una raza extraterrestre de alienígenas (claro) multiformes -y con unas pintas entre dragón común y corriente y alien- invade la tierra, y se dedica a chupetear (lo juro) las nucas de gente común y corriente en busca de su médula espinal (o algo)... con el resultado de convertir algunos de ellos en nuevos seres superpoderosos, futuros miembros del ya poblado panteón de Héroes DC.
La acción (?) se desarrolla a lo largo y a lo ancho de nada menos que dos especiales... y veintitrés (insisto, veintitrés) anuales, en los cuales, ya digo, se crea un panteón de héroes para la historia. Dicen que esa era la gracia oculta: registrar un montón de nombres de héroe super-chanantes antes de que lo hiciese Marvel. Helos aquí, y si tienes huevos de reconocer algún nombre que no sea Hitman, que lo sepas: eres un peazo friki.
Eeeee... Hitman. Sí, eso. En cualquier caso, Bloodlines nos dejó al menos un hermoso momento descontextualizable, protagonizado por un extrañamente alobeznizado Hawkman:
Eh, no pasa cada día que un Dragón Rosa te tire los tejos...En fin, una saga absolutamente E-SEN-CIAL para entender el Universo DC tal como se entendía allá en los 90, y cuya ausencia en la lista de Grandes Sagas DC me hace creer, por un momento, en la existencia de un Ser Superior que nos protege de todo mal...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Humor comiquero sofisticado e inteligente. Hacemos de la elegancia nuestra bandera. No encontrará usted nada mejor a este lado del rio ese de CHOCHOA.