El cazador acecha.
Sus sentidos, afinados por el uso y la experiencia, exacerbados por la tensión del juego, escrutan el entorno.
Le llamamos El Juego, pero todos sabemos que lo que hacemos no es jugar, sino algo más... peligroso.
De repente, un olor en el aire, un susurro traído por el viento, un movimiento casi invisible... los músculos se tensan; el cazador ha captado el rastro de su presa.
Sus sentidos, afinados por el uso y la experiencia, exacerbados por la tensión del juego, escrutan el entorno.
Le llamamos El Juego, pero todos sabemos que lo que hacemos no es jugar, sino algo más... peligroso.
De repente, un olor en el aire, un susurro traído por el viento, un movimiento casi invisible... los músculos se tensan; el cazador ha captado el rastro de su presa.
Nenas... nenas...Batman, en cambio, sólo va a mirar.
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