martes, 18 de enero de 2005
Legion of Super Heroes #1
La Legión de Super Héroes. Una serie con más números uno que David Bisbal. Este nuevo intento corre a cargo Mark Waid y Barry Kitson, el equipo creativo responsable de Empire, una de esas mini series "durmientes" que dejan un regustillo de comic más que decente y, sobre todo, hecho con aquello que otrora se daba por supuesto y en la actualidad es tan difícil de encontrar: oficio.
Bueno, pues tenemos a dicho equipo trasladado a la Legión de Super Heroes. Las premisas básicas de la serie son conocidas: el futuro. Un montón de héroes, con un poder distinto cada uno, producto de su origen alienígena. Todo un Universo que explorar. Se diría que tal fórmula debería convertirse, ipso-facto, en un top ten de ventas....pero no. A lo más que da, es a mantener una serie de ventas modestas la mayor parte del tiempo. Vivir para ver.
En fin, a lo que íbamos. Para el –de momento- último revamp de La Legión, Waid ha decidido tomar lo que podríamos llamar un enfoque sci-fi; aquél que trata problemas de la sociedad actual mediante su extrapolación al futuro. En la LSH de Waid, nos encontramos una sociedad donde los problemas básicos de la humanidad han sido resueltos. Hay seguridad, estabilidad y orden. Y, como consecuencia de estos logros... aburrimiento.
En este contexto, la Legión de Super Héroes no es ya un instrumento del poder al servicio de los Planetas Unidos; es, más bien, una especie de contra poder, una organización juvenil con fines políticos y en busca del cambio social. En el fondo, lo que Waid nos presenta es una versión sofisticada del eterno conflicto intergeneracional. Los jóvenes (La Legión y sus seguidores), intentando adecuar a sus expectativas un mundo diseñado según las necesidades de los adultos (Los Planetas Unidos).
El núcleo de este primer número nos presenta uno de esos conflictos intergenercionales en uno de los planetas candidatos a la unión con los P.U., Lallor. Cosmic Boy, como cabeza visible de la Legión, se ve en el dilema de ordenar o no a sus legionarios la intervención. Dicha intervención detendría la masacre, pero Cosmic Boy se ve presionado por los políticos (adultos, claro), que creen que una intervención de la Legión (y por tanto, de ciudadanos de los P.U.) en Lallor podría significar el final de las negociaciones, e incluso provocar un conflicto bélico interplanetario.
Como se ve, las nuevas premisas de la colección abren caminos interesantes, si bien falta por conocer la respuesta de los lectores a este nuevo enfoque militante de la nueva Legión. Por lo que a mi respecta, el intento ya es meritorio, y el equipo creativo garantía de calidad. Vuelven los buenos tiempos para la Legión.
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