miércoles, 21 de septiembre de 2005

Crichton, ese farsante

Ustedes perdonen la inserción en este blog de un post de caracter personal, cosa que no suele ser costumbre. Pero es que si no lo explico reviento. Mañana volveremos a la programación habitual. Muchas gracias por su atención.

En la tarde de ayer asistí a una conferencia (sí, es que aunque no me gusta presumir, soy un tío la hostia de culto) del escribidor de novelas Michael Crichton. Para los que no le conozcáis, es éste:

Hola, soy Michael Crichton. Quizás me recuerden de películas como "Sol Naciente", "Acoso" o "Congo"..


Bueno... en realidad, no es exactamente éste... en esta foto (que creo que es la de la contraportada de su último libro), sale un tipo cuarentón pero en buena forma, un tío cosmopolita, dinámico, atractivo, de mirada sagaz... esa mirada "de querer ir más allá", que decían los Leño. Lo que ví yo fue a un sesentón, con problemas para contener su tendencia a la obesidad, cargado de hombros y con gafas, y en general con el aspecto de haberse escapado del departamento de Ciencias de una Universidad. Pero estoy divagando.

La conferencia, sobre el papel, trataba acerca de "la imposibilidad de predecir el futuro". Curioso tema para un escritor de ciencia-ficción, diréis vosotros, y no podré por menos que daros la razón. Pero en fin, pensé, habrá que verlo.

Michael comenzó su disertación "poniendo en su justa medida" al Katrina. Argumentó que huracanes hay y ha habido muchos, con una displicencia tal que ya, de entrada, me mosqueó un poquito.

Continuó recordando que en los 70, el "gran peligro" se suponía que iba a ser una nueva "era glacial", suposición que se reveló errada. Y, sin solución de continuidad, pasó a criticar los datos que la ONU maneja acerca del cambio climático. Éste era su objetivo. Jugó con los gráficos, citó a científicos que habían descubierto "enormes errores" en las cifras... a los gráficos que muestran incrementos de temperatura les llamó jocosamente "los palos de hockey". A estas alturas, yo me ya me había replanteado el mosqueo y le concedí el beneficio de la duda. De verdad. Pero no hubo manera: con la ayuda de chascarrillos varios, recortes de revistas semidesconocidas y su propia palabra, dio como hecho que la previsión climática a largo plazo es absolutamente inútil, puesto que se basa en modelos, sin aportar una sola prueba. Y aquí no pasa nada.

El caso es que eventualmente aceptó que la temperatura media del planeta iba en aumento. Aportó tres fuentes para ese aumento: la actividad solar, el crecimiento de las ciudades (focos de calor) y asignó un papel completamente marginal a las emisiones de CO2, de las que tanto se quejan los "medioambientalistas" (que, por el nombre y el tratamiento que recibieron, deben ser una secta destructiva de esas).

Sus propuestas al respecto fueron:

- Esperemos, porque no tenemos nada con que sustituír a las fuentes de energía emisoras de CO2. (Falso)
- Esperemos, porque en el futuro seremos mucho más ricos que ahora, y nos lo podremos permitir.(¿Ahora sí es posible predecir el futuro?)
- Esperemos, porque de todas maneras, si hace algo más de calor pues tampoco pasa nada. (¿Cómooorl?)
- Esperemos, porque la tecnología futura hará que nos riamos de estas cosas. (Ídem que la anterior)

Es decir, que después de sostener una y otra vez la imposibilidad de predecir el futuro, nos predice qué ocurrirá en el futuro. Con dos cojones.

Y, cuando parecía que el tipo no podía superarse, lo consiguió: puso unas fotos de niños hambrientos y cubiertos de moscas, y afirmó que el dinero que exige la reducción de las emisiones de CO2 nos impedirá dar de comer a los negritos. Con lo cual dio por terminada su exposición, ante el estupor del respetable público asistente.

Jamás había visto tanta suficiencia, tanta superchería, tanta palabrería y tanto humo a la venta. Estuve por pedir que me devolvieran el dinero. Lástima que fuese gratis.

Entendedme, no es que sea un fanático ecologista ni mucho menos. El reciclaje me la pela. La biodiversidad no me la pela: es que me la suda. No tengo ni idea de si se está produciendo un cambio climático o no. Pero una cosa sí sé: que ese tipo es un cínico de tres pares de cojones.

Por todo ello, yo digo: Michael Crichton, que te dén.

Joder, qué a gusto me he quedado.

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