Se nos acabó el amor (de tanto usarlo)

Ah, amigos, qué triste es ver cómo los fuegos del amor, otrora imponentes y abrasadores, van apagándose poco a poco para no dejar más que unas míseras brasas como mudo testimonio... ¿y todo por qué? Yo os lo diré: por la rutina. La puñetera rutina. Ella, que se acostumbra...

"A estas alturas, ya nada me sorprende"

...él, que procede al ayuntamiento con desgana, cual desapasionado funcionario...

"Lo siento, Dinah..." (CHOCHOA!)

...y el resultado final, desolador para las partes de ambas partes, cada una desentendiéndose de la satisfacción de las partes de la parte contraria... me parece, que con tanta parte ya me he liado...

"...pero no busco tu aprobación." "Lo sé. Nunca lo haces"

Qué lastimica más grande, oyes.

[By The question is who is the question]