Cambio de planes

Vale, esto lo colma.

Lo tenía todo planeado. Un ascenso al poder prácticamente incruento. Sí, claro, habría algunos francotiradores aquí y allá, algún curioso accidente... algún que otro banco quemado hasta los cimientos... pero no se puede hacer una tortilla sin romper huevos, ¿verdad? La elegancia del Plan "Guante de Seda" consistía en que, en su mayor parte, la cosa iba solamente de unos cuantos "psssst, eh, oiga, mire, haga el favor de dimitir e irse a casa si no quiere que estas fotos vean la luz... y, por cierto, está usted estupenda de Caperucita, señor Obispo..." bien escogidos. Y casi todo así.

Así es como iba a ser, digo.

Porque hay cosas que no pueden simplemente dejarse pasar.




Así que pasamos al Plan B, "A Sangre y Fuego".

Os vais a cag*r.

[Gracias por el soplo, Miquelet]