Es de Ikea. Se llama Charm. Y es...
un rallador. Una cosa que ralla, vamos.
Esto ya es lo último. ¿Se creen ustedes que somos tontos? ¿Que es pura casualidad que se asocie el nombre de las Charm, precisamente, a un rallador? Creemos que no. Sólo la mala idea, el ansia de hacer daño a nuestras adoradas charm puede animar tal despropósito. Que son personas humanas con sentimientos, hostia ya.
Señores de Ikea: exigimos la inmediata retirada de esta broma de mal gusto que supone poner el nombre de nuestro adorado grupo a tan banal objeto. Y les avisamos de que, de perseverar en su intolerable actitud, yo mismo y miles de otakus enfurecidos nos veremos obligados a boicotear su negocio y a llevarles a la ruina.
Los miles de otakus enfurecidos. Ikea, ¡ríndete!
Que una cosa es la libertad, y otra muy distinta, el libertinaje.
Están ustedes avisados.
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