Recuerdo que, hace unos doce o quince años, al conocer a la mujer que acabaría convirtiéndose en la marciana, tuve un comentario poco afortunado acerca de la disciplina que estudiaba ella entonces: geología. Textualmente, dije "¿Geología? ¿Eso no es un poco... árido?". Obsérvese que, en aquellos tiempos, ya pretendía hacerme el gracioso, con éxito más bien discreto, todo hay que decirlo.
En fin, que ahora, tropocientos años más tarde, ella continúa recordándome de tanto en tanto mi falta de sensibilidad para con las disciplinas científicas más alejadas de mis intereses.
Es por ello que hoy rompo una lanza en favor de otra de esas ciencias aparentemente... áridas (ejem!) : la arqueología. Porque la arqueología también puede ser fuente de diversión. Por ejemplo, no puedo esperar a que desentierren estas estatuas de la Isla de Pascua...
En fin, que ahora, tropocientos años más tarde, ella continúa recordándome de tanto en tanto mi falta de sensibilidad para con las disciplinas científicas más alejadas de mis intereses.
Es por ello que hoy rompo una lanza en favor de otra de esas ciencias aparentemente... áridas (ejem!) : la arqueología. Porque la arqueología también puede ser fuente de diversión. Por ejemplo, no puedo esperar a que desentierren estas estatuas de la Isla de Pascua...
...y descubran que, en realidad, son de cuerpo entero...
Jajaja... y si, son de cuerpo entero
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